miércoles, 27 de octubre de 2010
cap 0,0
- Vous devez prendre vos vitamines, Sa Majesté.
Ya ni contesta, ni le molestan las impertinencias. Por menos que eso hace dos semanas le hubiera cortado la cabeza a cualquiera.
Ha dicho que lo pongamos mirando a las góndolas del Petite Venice, como todas las noches, pero su mirada está perdida, mira sin ver. Como si mirara para adentro. Hace dos semanas que no retiene ni papa y ya ni se pone la peluca. Es el fín, dicen los gurarijíos. Y ellos si que saben de eso.
El Secrétaire personnel insiste:
- Vos vitami...
- Dites-lui de venir Donatien.- balbucea El.
- Sa Majesté...
- Je l'ai dit ...que venga Donatien... Cagando leches!!!
La secrétaire sale de la galería de los espejos, lentamente y caminando hacia atrás, como manda la norma. Pero luego atraviesa los 7 salones y baja La Escalera de la Reina corriendo como si le fuera la vida en ello. Porque así es.
El marqués de Donatien no es el valet del Rey. Ni su secrétaire. Si Su Majestad pide su presencia es que algo está pasando. El lo sabe, como lo sabe toda la corte. El viejo se muere, piensa. Y el Reino entero se puede venir abajo como un castillo de naipes. Basta que cualquier cabrón de un puñetazo en la mesa, piensa mientras sube las escaleras y atraviesa los salones. Sonríe amargamente. Hasta hace poco a nadie se le hubiera ocurrido dar un puñetazo en la mesa. Ni mucho menos. Cuando el Rey era el Centro de Todo, nada se movía sin su permiso. Ni una mosca. Ni una puta pulga en la oreja seca de la última cabra perdida en el monte. Cuando el Rey era el REY. Era el Centro de Todo.
Es importante actuar rápido. O todo se irá a la mierda. Piensa.
Y dice:
_ Vous avez sonné, Sa Majesté?
- Ecoute mua, bâtard.
- Comandez...
- Je veux trouver mon fils.
- Pero...
- Je veux que vous pour trouver et amenez-le ici!!
El Marqués quisiera decir algo, pero el Rey ya no contestará. Ya tiene ESA mirada. Está mirando para adentro. La reunión ha acabado.
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